Que siga la función

María del Carmen Aceña, nombre que desde hace tres semanas ocupa buena parte de las noticias del país, fue llevada al paredón por los “padres de la patria”, como en los tiempos bíblicos fue puesta a la vista pública para que esos “honorables” hombres tiraran la primera piedra, y como era de esperarse, montoneros como somos a veces los chapines, la acribillaron.

Pese a que no concuerdo con todas las políticas que la ministra ha implementado y pese también a que me parece un poco ridículo el ya criticado apoyo a campañas cool como la Maratón del Lápiz y otras, (de eso ya se ha hablado suficiente) no deja de parecerme absurda la manera en que Aceña ha sido interpelada y repelada por el Congreso. Es realmente ilógica y mal intencionada la forma en que cuestionaron su trabajo, porque es a toda costa imposible, cambiar en dos años una estructura que tiene décadas de estar en ruinas.

Pero bueno, lejos de mis antipatías, simpatías, gustos y disgustos creo que ya se sentó un precedente, y es momento de llevar al paredón a los funcionarios públicos cuya gestión si es errada, ineficiente y nociva para el país.

Empecemos con el ministro de Gobernación, Carlos Vielmann, él es sin duda el primero al que le doy mi voto de desconfianza y el de todos los y las que han muerto y han sido víctimas de la violencia desde que ocupa ese puesto en el ejecutivo.

Una persona como él, que al cuestionársele sobre qué va hacer su cartera, para evitar que la violencia afecte a la niñez, empieza a hablar de lo importante que es poner focos en las canchas de algunas colonias para que los pandilleros, esos desadaptados jóvenes guatemaltecos no hagan fechorías, y luego cita como logros laborales el tener como imagen de fortaleza y ejemplo a Tony Meléndez. Este señor no sabe lo que hace y los guatemaltecos no merecemos tener un ministro así.

Ni que decir de los diputados, tan inconcientes de su labor y su compromiso con el pueblo, se disparan más de Q30 mil al mes, más vacaciones de hule, razón por lo que no tienen tiempo de conocer y aprobar leyes importantes como la de las Trabajadoras de Casa Particular, la de las Adopciones y el ver que se tipifique el acoso sexual como delito. Ellos si se merecen más de 12 millones de VOTOS de desconfianza, por padecer de amnesia y olvidarse de fungir como representantes del pueblo. Aprobar esas leyes y no se cuantas más que estarán engavetadas es pensar en la gente que los eligió, pensar en evitar que se propague la pornografía infantil es pensar en los niños del país, conocer las necesidades de la gente que vive lejos de la capital y llevarlas al pleno para buscar soluciones es pensar en Guatemala y cobrar lo que cobran, es no tener madre.

Sperisen que se cerciora de la seguridad de los funcionarios que asistan a los juegos Olímpicos en vez de trabajar por la seguridad de los que no tenemos tiempo para ver los juegos ni para hacer deporte por estar trabajando y pagando impuestos para pagar su salario, también debe ser interpelado, al igual que los funcionarios del MP que no logran extraditar a Portillo.

Y así, podría seguir enumerando a todos y cada uno de los que merecen estar ahí, en la mira, todos los que merecen ser cuestionados, por no hacer nada o por hacer estupideces, entre ellos por supuesto, no podría faltar el presidente, y todo su sequito de “ejecutivos móviles” que tan sólo por llegar a los lugares remotos del país a jugar con los sentimientos de la gente y prometer cosas que no cumplen son sin duda, los que más merecen estar al frente, y no precisamente para recibir aplausos
Si el circo se abrió, que siga la función.

La Hora, 23 de febrero de 2006.

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