Niñez una prioridad

Cuando suceden catastrofes como la ocasionada por la tormenta Aghata, es alarmante ver la gran cantidad de personas, que mueren, desaparecen y pierden sus bienes materiales. Generalmente cuando se hacen este tipo de recuentos se generaliza con la palabra “personas”, lo cual nos impide ver el efecto que este tipo de situaciones tiene en una población por demás vulnerable como lo es la niñez.

Lo cierto del caso, es que luego de que las autoridades prestaronlos primeros auxilios y evacuaron a los más afectados, los datos sobre niños, niñas y adolescentes fallecidos, desaparecidos y lastimados es preocupante. Como lo es también la enorme cantidad de ellos que quedó en la horfandad.

Por otro lado es de pensar también el riesgo que corren muchos de ellos y ellas en los albergues o ya de nuevo en el área donde vivían, en donde debido al ajetreo que la recosntrucción y el dolor imponen corren riesgos terribles de ser abusados fisica y sexualmente. De esto conocemos historias durante la tormenta Stan.

Por otro lado, están todos esos infantes que debido a la destrucción que sufrieron las escuelas, de por si en ya en pésimas condiciones antes de la tormenta, van a sufrir. Aulas cerradas, temporalmente o quién sabe por cuanto tiempo, humedad, riesgo. Para muestra basta visitar escuelas como la República de Ecuador en la zona 5, en donde parte del patio corre el riesgo de hundirse, sin saber si el resto de la escuela puede estar en esta situación. Otra escuela que ya daba muestras de deterioro antes de esta catastrofe, es la Escuela Alejandro Marure en la zona 6, en donde el techo estaba desvencijandose a causa de las lluvias, llenando de agua los salones y el ambiente de humedad, lo cual evidentemente afecta el desempeño de los estudiantes.

Y esto es en la capital, ni que decir de la situación que enfrentan muchas escuelas en el interior del país. Estoy clara de que la tarea del Gobierno en este momento es enorme, y que por muchos esfuerzos que haga no puede en un tiempo determinado solucionar estos y otros muchos problemas. Por ello considero que es importante que además de la responsabilidad que le toca al Gobierno, al Ministerio de Educación y a Conred a quienes invito a visitar estas escuelas, es necesario que la sociedad civil y las empresas privadas se proyecten.

Apelando a la Responsabilidad Social Empresarial y a esa maravillosa actitud, que especialmente las y los jóvenes han m anifestado en estos días, sugiero la idea de adoptar una escuela. Si cada empresa adopta una escuela o más si está dentro de sus probabilidades, y colabora para que las instalaciones sean adecuadas para las y los estudiantes, podemos contribuir mucho más que con anuncios de prensa, T-Shirts llamativas y el excesivo uso de la palabra “solidaridad”, hoy ya no sólo por parte del Gobierno. Guatemala es de todas y todos, esto suena muy bonito, pero hay que demostrarlo.

La Hora, 10 de junio de 2010.

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