Holywood, Guatemala

Para que más. De acá pueden surgir los guiones ganadores para un Oscar. No hay ni que agregarle nada de la imaginación, en bandeja de plata o de plástico, como quieran, vienen las historias. Imagínense a Jim Carrey en un call center con explosivos de plástico al cinto, como los del cine, amenazando con detonarlos y pidiendo una laptop al negociador para así escribir su última misiva de amor, por supuesto con una pizza. O mejor ocho, que solidario el sujeto en cuestión. Y luego piensen en Dakota Fanning en una escena alterna llamando a una radio y diciéndole que su papá está entre los rehenes. Si, ya se que no es para reírse, y sin embargo los finales de estas historias importadas nos causan eso.

O mejor aún, visualicen a Harrison Ford haciendo de un ex presidente que ha hecho un trato con alguien del actual gobierno para crear una idea de justicia, haciendo como que junta el dinero para la fianza que le evite el terrible dolor de pasar unas horas en el preventivo de la zona 18 y luego, ya al final de la película, aparece él entrenado y saliendo del país sin haber debitado de su cuenta más que un millón de quetzales, que así será, ténganlo por seguro.

Acá estas historias se dan como limones en marzo, sátiras, tragedias, comedia, de terror, como ocurrió en Mixco no hace mucho, un hecho espeluznante que no llegó a los medios y que podría ser perfectamente escenificado.

El cortejo fúnebre desciende de la empinada calle principal de Mixco hacia el cementerio, de pronto una camioneta estacionada se desconecta y empieza descender también, la gente corre despavorida tirando el féretro a media calle, gritos, llanto y al final un ataúd roto, un fallecido sin dientes y un entierro pospuesto en lo que se reconstruía la dentadura del difunto y se compraba una caja nueva.

O la historia aquella de unos ladrones de un banco en la Calle Marti , que tomaron por rehenes a los cuentahabientes y empleados y que la mayoría escapó por el mismo boquete en el cual pensaban sustraer el dinero, quedando solamente un delincuente y una rehén. Horas de negociación, titulares de un periodico: ¿qué será lo que quiere el negro?, y lo digo sin ánimo de discriminar, así rezaba. El ladrón de raza negra pidiendo un helicóptero y un millón de quetzales. Pero de pronto al caer la noche, abruptamente se entrega por sí solo pidiendo que alejen de él a la rehén que con su discurso del perdón, de amor al prójimo y de ve al culto el domingo, logró lo que ni expertos de la policía habían podido.

Díganme si no dan para mucho, algunas de las historias provienen de la pantalla grande, pero acá se le da un toque único y la verdad, para qué imaginarlas con actores extranjeros si acá hay escuela, basta ir al Congreso, a los mitings políticos y a los juzgados.

La Hora, 9 de octubre de 2008.

Comentarios

Anónimo dijo…
You really make it seem sο eаsу togetheг with уоur preѕеntation but
І in finԁing this matter to be actuallу ѕomеthіng which I think I would never
understand. It seеmѕ toο сomрlex and еxtremelу wide fοг me.

Ӏ am tаking a looκ ahead for уouг subsequent ρublish, Ӏ will tгy to get the dangle οf it!



My homepage: garden center

Entradas populares