Gánense su sueldo

De un tiempo para acá, el tráfico se ha vuelto insoportable, aún y cuando el ciclo escolar terminó, las colas siguen siendo eternas, más aún, cuando un policía de tránsito está cerca.

Cada vez que uno de estos agentes del “orden” aparece, el caos comienza. Paran los vehículos que no deben, dejan circular a los buses sobrecargados en el carril izquierdo y además expulsando humo en tales cantidades, que bien podrían ser máquinas de las que producen hielo seco en los conciertos. Además, siempre están bajo un semáforo, dando vía cuando la luz verde se enciende y alzando la mano cuando éste se ruboriza.

Francamente no entiendo para qué la municipalidad gasta en estos aparatos y en sueldos de policías que están con el rostro levantado esperando el cambio de color de luces para soplar el silbato y según ellos ordenar el tráfico. Más valiera que se dedicaran a trabajar para sacar de circulación todos esos buses y carros que contaminan el ambiente, no sólo con el humo, sino también con los bocinazos. Que velaran para que en este servicio, si es que puede llamársele así, al transporte urbano, no hubiera tantos robos y abusos.

Sería mucho más provechoso que la municipalidad invirtiera el dinero que gasta en sueldos de agentes de tránsito, en limpiar los tragantes y las calles de la ciudad o en mantener más albergues para los miles de niños y niñas en situación de calle. Es más, el Gobierno debería de alguna forma velar para que los agentes de la policía (PNC) cumplieran debidamente con su deber y así no pasaran cosas como el asesinato de la pianista Dorotthy de Áscoli y el de muchos otros guatemaltecos, porque ya ni siquiera dentro de nuestras casas podemos estar seguros. Y no sólo la policía, también los jueces y todos esos funcionarios públicos que en vez de cumplir con su deber se regalan un par de meses de vacaciones con nuestros impuestos.

El ejército también debería de jugar un papel constructivo, aprovechar todos los recursos con los que cuenta para hacer algo realmente productivo para el país, para que nuestras carreteras funcionen, para que podamos viajar tranquilos a los departamentos, para ayudar a capacitar a todas las personas que en los lugares lejanos necesitan un poco de ayuda o bastante, para reconstruir Guatemala.

Eso en realidad, es obligación de todos, pero el Gobierno, las autoridades y todos los que reciben un salario pagado con nuestros impuestos deben con más razón hacer un trabajo más responsable, con entrega, claro que esto lo hacen los altos funcionarios, devengar un gran salario y rascarse la barriga. El alcalde, el presidente y todo su gabinete deben velar porque la gente que trabaja con ellos cumplan con sus obligaciones, y por supuesto ellos deben de dar el ejemplo, deben asignar el presupuesto de forma apropiada, para que no existan desperdicios, como los policías de tránsito bajo un semáforo, para que las oficinas públicas trabajen como todos, todo el año, sin eternos feriados, horas de almuerzo alargadas y malas caras.

Estoy cansada de ver como cada día se mueren personas valiosas, de como cada día las personas con “autoridad” abusan de los guatemaltecos honrados que trabajan arduamente para ganarse su sueldo, de como cada día se pierde la oportunidad de que un niño estudie por falta de escuelas, o de que un artista con talento deje de producir arte por falta de recursos y, estoy cansada, MUY CANSADA de ver cada día en los periódicos o en la televisión esos rostros zopencos de nuestros gobernantes y funcionarios ineptos.

La Hora, 10 de noviembre de 2005

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