El reino de Colom o el universo de la impunidad
Hace un mes el abogado Rodrigo Rosenberg fue asesinado y pese a las marchas, el video y la denuncia directa a funcionarios públicos no ha pasado nada. Miento, se han incrementado abruptamente los casos de la Gripe AH1N1 y se ha armado, -me excuso con quienes se disgusten por la expresión-, un puterío (dicho en buen chapín y con el perdón de las trabajadoras del sexo), entre el vocero del Presidente y el PP, que sólo desvía la atención de las y los guatemaltecos de temas importantes.
Aunque bueno, la muerte del abogado, al final de cuentas, es una más entre los más de 20 asesinatos diarios en Guatemala. Muertes que tampoco se investigan y además que ni siquiera son del conocimiento público, a menos que un reportero que cubra sucesos capture la información.
Vidas tan valiosas como la Rosenberg se pierden por la falta de seguridad y la incapacidad del Gobierno para solucionar las cosas con inteligencia. Niñas violadas y mutiladas, recién nacidos, niños y adolescentes que mueren por balas pérdidas, como Joselyn Amparo Yax García, Asas Aldana Santiago, Elmer Antonio López, Nancy Candelaria Santos, Dulce María Chávez...
O líderes juveniles como Manuel Orozco “el Fú” y Saulo Estrada “el Chucky”, además de cinco jóvenes del asentamiento Mario Alioto en Villa Nueva; Nexo Pineda “el Gordo” en San Pedro Ayampuc, Hendrick Samuel, en Ciudad Quetzal, e integrantes del Movimiento de Jóvenes Mayas en Huehuetenango y El Quiché y de la Asociación Cristiana de Jóvenes, en Amatitlán,y Tierra Nueva, ellos y ellas artistas, defensores de los Derechos Humanos y de la libertad de la expresión juvenil, son el saldo que la violencia, por un lado, y la desidia, por el otro, nos dejan.
Y si el Gobierno no hace nada, ni hará, ¿por qué los líderes políticos y el empresariado no se manifiestan? ¿Por qué no visten de blanco por ciudadanos y ciudadanas que también murieron violentamente, aunque su muerte no se vincule a funcionarios del Gobierno? Aunque, quién sabe, y aunque no ostenten títulos universitarios y amistades poderosas.
Sí un mes después no han hecho nada por esclarecer la muerte del abogado, cuyo crimen dio la vuelta al mundo y trajo a personeros de la OEA, ¿qué van hacer por los otros que mencioné, por todos los que mueren cada día?
En un país donde la miseria impera, en donde niños y niñas revuelven la basura en busca de alimento, nuestros funcionarios ganan miles y miles al mes por no hacer nada, por evidenciar su estupidez, porque se sienten brillantes de haber engañado a un país completo, porque no tienen vergüenza, dignidad ni solidaridad. Y si van por le rumbo correcto, como dicen, será el del enriquecimiento personal a costa de la vida y el trabajo de la gente decente.
La Hora, 11 de junio de 2009.
Aunque bueno, la muerte del abogado, al final de cuentas, es una más entre los más de 20 asesinatos diarios en Guatemala. Muertes que tampoco se investigan y además que ni siquiera son del conocimiento público, a menos que un reportero que cubra sucesos capture la información.
Vidas tan valiosas como la Rosenberg se pierden por la falta de seguridad y la incapacidad del Gobierno para solucionar las cosas con inteligencia. Niñas violadas y mutiladas, recién nacidos, niños y adolescentes que mueren por balas pérdidas, como Joselyn Amparo Yax García, Asas Aldana Santiago, Elmer Antonio López, Nancy Candelaria Santos, Dulce María Chávez...
O líderes juveniles como Manuel Orozco “el Fú” y Saulo Estrada “el Chucky”, además de cinco jóvenes del asentamiento Mario Alioto en Villa Nueva; Nexo Pineda “el Gordo” en San Pedro Ayampuc, Hendrick Samuel, en Ciudad Quetzal, e integrantes del Movimiento de Jóvenes Mayas en Huehuetenango y El Quiché y de la Asociación Cristiana de Jóvenes, en Amatitlán,y Tierra Nueva, ellos y ellas artistas, defensores de los Derechos Humanos y de la libertad de la expresión juvenil, son el saldo que la violencia, por un lado, y la desidia, por el otro, nos dejan.
Y si el Gobierno no hace nada, ni hará, ¿por qué los líderes políticos y el empresariado no se manifiestan? ¿Por qué no visten de blanco por ciudadanos y ciudadanas que también murieron violentamente, aunque su muerte no se vincule a funcionarios del Gobierno? Aunque, quién sabe, y aunque no ostenten títulos universitarios y amistades poderosas.
Sí un mes después no han hecho nada por esclarecer la muerte del abogado, cuyo crimen dio la vuelta al mundo y trajo a personeros de la OEA, ¿qué van hacer por los otros que mencioné, por todos los que mueren cada día?
En un país donde la miseria impera, en donde niños y niñas revuelven la basura en busca de alimento, nuestros funcionarios ganan miles y miles al mes por no hacer nada, por evidenciar su estupidez, porque se sienten brillantes de haber engañado a un país completo, porque no tienen vergüenza, dignidad ni solidaridad. Y si van por le rumbo correcto, como dicen, será el del enriquecimiento personal a costa de la vida y el trabajo de la gente decente.
La Hora, 11 de junio de 2009.
Comentarios
Es además de triste, alarmante la cantidad de muertes diarias y sobre todo la indiferencia que el caso les significa.
Esperemos que en Guate o haya un terremoto y ese pizado se muera y solo así salga del poder o que le de un paro cardíaco... forzado. Jejej.
por los jovenes asesinados que ayudaban a su comunidad es hora de que los guatemaltecos y guatemaltecas seamos más inclusivos y solidarios.