Vivir con VVVVV

Violencia, violación, violento, violentar, violar… parecen ser las palabras más recurrentes en nuestro actuar, pensar, legislar, educar, vivir…

Que de nuestros impuestos se destinen Q16 diarios para alimentar a un reo y Q13 para alimentar a un soldado, cuando a los niños y niñas tan sólo se les da Q.0.55 y si bien les va un poco más de un quetzal, o cuando la canasta básica para una familia es de aproximadamente Q10, eso es violencia, se está violando la Constitución, la Convención de los Derechos del Niño, la Ley de Protección Integral y no se cuantos acuerdos internacionales, es negligencia, es abuso.

Además, es una muestra clara de la estupidez de quienes asignan el presupuesto y distribuyen el dinero de nuestros impuestos, porque qué hacen los soldados, aparte de enviarlos a Haití, nada, qué hacen los reos, de que manera se rehabilitan y que ganamos como sociedad nosotros con eso, nada.

Que en los hospitales, el mayor gasto lo ocasionen los servicios médicos que se prestan a pandilleros y que ocurran casos tan espantosos como el del niño que violaron es un crimen, es una tremenda agresión a la vida de parte de los presuntos violadores y de las autoridades del hospital

En los cines, se han dado casos de niños violados en los baños, en las escuelas algunos maestros violan o acosan a las estudiantes. En el congreso no se aprueba las reformas al Código Penal, y por ende se viola el derecho que tienen los ciudadanos desde que nacen de ser protegidos por el Estado.

Hay padres que violan a sus hijas e hijos, madres que los abandonan o los venden a través del negocio de la adopción, hombres y mujeres que explotan a sus hijos poniéndolos a trabajar para que mantengan el hogar.

Hay violencia por abandono, violencia a través de las palabras, marcas en el cuerpo y en el alma que apuntan a que el mundo colapse.

La Hora, 27 de septiembre de 2006.

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