Verdaderas independencias
Cuando las banderas de plástico, ahora de tela, empiezan a ondear en las casas y carros en septiembre; cuando los redoblantes repican más fuerte y un nacionalismo fumado aparece en el hablar, cuando los que se dicen nacionalistas celebran con copas y litros de alcohol, no necesariamente chapín, nuestra “soberanía”, no puedo dejar de sonreír, de pensar en lo poseros que son, o mejor dicho en lo farsantes; porque, hablando las cosas como son, como se viven y como nos van a cada uno de nosotros, la independencia no es más que una palabra escrita en el diccionario que no se aplica en Guatemala y que, dadas las circunstancias político-sociales no se aplicará, y Dios nos guarde de los hoy candidatos a presidente.
Pero si lo que se quiere es usarla, la palabra, si lo que se quiere es tener un motivo para alzar las copas y brindar por algo, yo levantaría la mía recordando a Olympe de Gouges quien hace 215 años, en el mes de septiembre, logró que apareciera públicamente la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana.
En ese mismo mes, hace 133 años, en Brasil, Francisca Senhorinha da Motta Diniz fundó el semanario O Sexo Feminino, para defender el derecho al sufragio de las mujeres y su acceso a la educación.
En 1900, nació Adela Velarde (Adelita) activista de la Revolución Mexicana. Desafiando a su padre, un adinerado comerciante de Juárez, se incorporó a la Asociación Mexicana de la Cruz Blanca para desempeñarse como enfermera. Ese mismo año en Panamá nació Clara González la primera abogada panameña graduada en 1922, con la tesis La mujer ante el derecho panameño.
Durante un acto público, en 1952 el presidente argentino Juan Domingo Perón hizo entrega a Eva Perón de la ley que otorga el voto a las mujeres.
En Perú, en 1955, se promulgó la Ley del Sufragio Femenino que permitió que las mujeres participaran en los comicios de 1956.
Un día después del atentado a las Torres Gemelas, en 2001, la congresista Barbara Lee (por el Distrito de California) votó en contra de conceder poderes bélicos especiales a George W. Bush para invadir Afganistán. Fue el único voto disidente de la Cámara Baja, la que cuenta con 420 legisladores.
Eso es luchar por la libertad: por ellas y por sus logros brindo.
La Hora, 6 de septiembre de 2006.
Pero si lo que se quiere es usarla, la palabra, si lo que se quiere es tener un motivo para alzar las copas y brindar por algo, yo levantaría la mía recordando a Olympe de Gouges quien hace 215 años, en el mes de septiembre, logró que apareciera públicamente la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana.
En ese mismo mes, hace 133 años, en Brasil, Francisca Senhorinha da Motta Diniz fundó el semanario O Sexo Feminino, para defender el derecho al sufragio de las mujeres y su acceso a la educación.
En 1900, nació Adela Velarde (Adelita) activista de la Revolución Mexicana. Desafiando a su padre, un adinerado comerciante de Juárez, se incorporó a la Asociación Mexicana de la Cruz Blanca para desempeñarse como enfermera. Ese mismo año en Panamá nació Clara González la primera abogada panameña graduada en 1922, con la tesis La mujer ante el derecho panameño.
Durante un acto público, en 1952 el presidente argentino Juan Domingo Perón hizo entrega a Eva Perón de la ley que otorga el voto a las mujeres.
En Perú, en 1955, se promulgó la Ley del Sufragio Femenino que permitió que las mujeres participaran en los comicios de 1956.
Un día después del atentado a las Torres Gemelas, en 2001, la congresista Barbara Lee (por el Distrito de California) votó en contra de conceder poderes bélicos especiales a George W. Bush para invadir Afganistán. Fue el único voto disidente de la Cámara Baja, la que cuenta con 420 legisladores.
Eso es luchar por la libertad: por ellas y por sus logros brindo.
La Hora, 6 de septiembre de 2006.
Comentarios
Me encantó tu columna tiene fuerza, esa fuerza que hace cambiar las cosas, felicitaciones.
Me encantó tu columna tiene fuerza, esa fuerza que hace cambiar las cosas, felicitaciones.
Un abrazo.