Te Toca
Hablar de derechos en Guatemala, es hablar casi siempre de adultos, personas damnificadas, en extrema pobreza, mujeres, pueblos indígenas, políticos hechos mártires, entre otros y está bien, es importante reivindicar derechos, afianzar posiciones y luchar por lo que se cree.
Cuando se habla de niños, niñas y adolescentes, casi siempre se les menciona con y lastimero, calificándolos de pobrecitos. En los medios, sus rostros ilustran las notas de pobreza y con las lágrimas rodando en sus mejillas aparecen en tomas que enseñan cuán violenta e infortunada es Guatemala.
Casi nunca se habla de ellas y ellos como ciudadanos, desde una perspectiva distinta, como sujetos plenos de derechos.
Y si es cierto que muchos niños y niñas son pobres, es cierto también que son víctimas de la violencia y que viven en un país con muchas carencias.
Pero mostrándolos así, viéndolos con pena y sintiendo el corazón apachado por un instante no vamos a cambiar las cosas.
Es necesario que el Estado, que los medios de comunicación, las organizaciones sociales y la sociedad civil se involucren, reaccionen y hagan algo. Como dice la campaña que Unicef y Plan Internacional lanzaron recientemente, "nos toca".
Nos toca esforzarnos para que la desnutrición disminuya, para que esa terrible de casi 40 menores de edad muertos por violencia a la semana se reduzca, se anule. Para que la impunidad deje de reinar en Guatemala y se castigue a quien violente a un infante.
Exigir que las leyes existentes se cumplan es una forma de hacer algo. Denunciar a quienes veamos abusando, golpeando, lastimando a un niño o niña es otra forma de ir cambiando las cosas. Educar con amor, colaborar activamente en jornadas de ayuda, enseñar a los niños y niñas sus derechos en la casa y la escuela.
Informar y formar a las personas para ejercer su ciudadanía, para conocer sus derechos y sus obligaciones es también una manera de hacer, de contribuir. Si queremos una Guatemala en paz, sin violencia y subdesarrollo toca ser responsables y esforzarnos por los niños y niñas.
Jueves 16 de octubre de 2010.
Cuando se habla de niños, niñas y adolescentes, casi siempre se les menciona con y lastimero, calificándolos de pobrecitos. En los medios, sus rostros ilustran las notas de pobreza y con las lágrimas rodando en sus mejillas aparecen en tomas que enseñan cuán violenta e infortunada es Guatemala.
Casi nunca se habla de ellas y ellos como ciudadanos, desde una perspectiva distinta, como sujetos plenos de derechos.
Y si es cierto que muchos niños y niñas son pobres, es cierto también que son víctimas de la violencia y que viven en un país con muchas carencias.
Pero mostrándolos así, viéndolos con pena y sintiendo el corazón apachado por un instante no vamos a cambiar las cosas.
Es necesario que el Estado, que los medios de comunicación, las organizaciones sociales y la sociedad civil se involucren, reaccionen y hagan algo. Como dice la campaña que Unicef y Plan Internacional lanzaron recientemente, "nos toca".
Nos toca esforzarnos para que la desnutrición disminuya, para que esa terrible de casi 40 menores de edad muertos por violencia a la semana se reduzca, se anule. Para que la impunidad deje de reinar en Guatemala y se castigue a quien violente a un infante.
Exigir que las leyes existentes se cumplan es una forma de hacer algo. Denunciar a quienes veamos abusando, golpeando, lastimando a un niño o niña es otra forma de ir cambiando las cosas. Educar con amor, colaborar activamente en jornadas de ayuda, enseñar a los niños y niñas sus derechos en la casa y la escuela.
Informar y formar a las personas para ejercer su ciudadanía, para conocer sus derechos y sus obligaciones es también una manera de hacer, de contribuir. Si queremos una Guatemala en paz, sin violencia y subdesarrollo toca ser responsables y esforzarnos por los niños y niñas.
Jueves 16 de octubre de 2010.
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