Fuego

Quiero prenderle fuego a la tristeza, no sólo a la mía, esporádica y sin sentido muchas veces, si no a esa cargada de angustia, de miedo, de desesperanza, porque pese a que casi dos años atrás nos engañaron con ilusiones verdes, solidarias y populares, no hemos visto nada que nos haga pensar que la calma está por venir y que el camino que lleva este país que conduce un piloto incierto es el correcto.

De manera simbólica quisiera arrancar esa visión de manos extendidas tras el vidrio del carro y convertirlas en manos modelando plastilina o empuñando un lápiz.

Quiero que arda en esa hoguera transformadora toda la impotencia que acumulan cientos, si no miles, de personas vestidas de luto y a la espera de que la "inteligencia" nos dé seguridad y sosiego.

Encender una hoguera para purificar mis sueños y las de esas mujeres del altiplano que bajo la lluvia y el sol esperan por remesas que compran un voto, pero que no transforman su realidad, su entorno ni su destino.

Ver convertida en cenizas esas armas que gradúan niños, adolescentes aún, en criminales, esa pólvora que aniquila el porvenir y siembra rencores.

Quiero que el viento se lleve las bizantinas y cachurecas defensas de moralidad que sólo ayudan a aumentar los indicadores de niñas y adolescentes embarazadas , infecciones de transmisión sexual, VIH y subdesarrollo.

Metafóricamente, ver consumirse el oportunismo, la codicia y la ineptitud de muchos funcionarios públicos amnésicos, insolentes e hipócritas.

Que el fuego arda, que acabe, que destruya, que borre a quienes violentan a un pequeño, a quienes maltratan a una mujer, a quienes contaminan el ambiente, a quienes teniendo la oportunidad y la obligación además, de garantizar la vida, la armonía y la paz, se ríen al verse retratados en los medios, se congratulan al creerse misericordiosos por inaugurar un chorro, cuatro paredes y un pizarrón, a quienes nada de esto les importa, porque bolsillos llenos, corazón contento.

La Hora, 3 de diciembre de 2009.

Comentarios

Entradas populares