Too much
Entre el agobio que impone adelantar el chance para desprenderse de la rutina unos días, por la Semana Santa y el cansancio que ocasiona, ocasionó, en mi cuerpo poco acostumbrado al ejercicio, el caminar por aquí y por allá con turistas-familiares-gente; las noticias que no tienen nada de bueno; la cola que de nuevo se armó en la carretera a la Antigua que transito diariamente; el aumento en el precio de la gasolina que viene siendo algo así como una ola que arrastra todo lo demás y crece y crece antes de caerme, y caerle a todo el mundo encima; y el malestar que me provocó la falta de compromiso de alguien, algunos, y unos rastros de ignorancia que acompañó esa ausencia de responsabilidad que al final fue más desilusión y tristeza, llanto derramado, ojeras de gratis y un poco de bilis regada por ahí.
Mucho sí, seguro como cualquiera, ¿quién se escapa de molestias, enojos, abusos, desordenes y depresiones?… aunque bueno, todo de junto y en conjunto, para hacerme demostrar y demostrarme, mi entereza, mi nobleza, no, no, mi coraje, que lo hice como nunca, transformado en berrinche, además, sin maquillarlo siquiera, ¿cómo? y ¿para qué?, al mal tiempo: mala cara, la única que tengo y se que dos trabajos también, pero no importa.
Y como después de la tormenta viene la calma, que bueno que me largo unos días, que me pierdo de la cotidianidad, de la costumbre, de los de la PMT y de mi familia y de este clima que se parece a mi y a todos los que por hoy y mañana por un rato me rodean, y bueno también, que posiblemente mi mente se aclare aunque sea con el aire acondicionado del avión, del hotel y del taxi que tome, para que al regreso me sienta un poco aliviada, desprendida de mis sentimentalismos, entusiasmada con lo que vea y quien quita algo bronceada o por lo menos con alguna ropa nueva. (por aquello de llenar vacíos, aunque suene plástica, también me consuela algo el satisfacer no se qué al comprar).
Así que, si, demasiado, para mi, para quienes me leen, (si es que me leen, hoy ya no se) porque se aguantan por instantes mis dilemas o se identifican quizá, porque hay días que todo revienta incluido uno mismo, yo, mujer que hoy olvidé ser políticamente correcta y no por influencias externas, sino por desidia, por que sí. Hasta unos días.
Pispizigaña, 17 de abril de 2007
Mucho sí, seguro como cualquiera, ¿quién se escapa de molestias, enojos, abusos, desordenes y depresiones?… aunque bueno, todo de junto y en conjunto, para hacerme demostrar y demostrarme, mi entereza, mi nobleza, no, no, mi coraje, que lo hice como nunca, transformado en berrinche, además, sin maquillarlo siquiera, ¿cómo? y ¿para qué?, al mal tiempo: mala cara, la única que tengo y se que dos trabajos también, pero no importa.
Y como después de la tormenta viene la calma, que bueno que me largo unos días, que me pierdo de la cotidianidad, de la costumbre, de los de la PMT y de mi familia y de este clima que se parece a mi y a todos los que por hoy y mañana por un rato me rodean, y bueno también, que posiblemente mi mente se aclare aunque sea con el aire acondicionado del avión, del hotel y del taxi que tome, para que al regreso me sienta un poco aliviada, desprendida de mis sentimentalismos, entusiasmada con lo que vea y quien quita algo bronceada o por lo menos con alguna ropa nueva. (por aquello de llenar vacíos, aunque suene plástica, también me consuela algo el satisfacer no se qué al comprar).
Así que, si, demasiado, para mi, para quienes me leen, (si es que me leen, hoy ya no se) porque se aguantan por instantes mis dilemas o se identifican quizá, porque hay días que todo revienta incluido uno mismo, yo, mujer que hoy olvidé ser políticamente correcta y no por influencias externas, sino por desidia, por que sí. Hasta unos días.
Pispizigaña, 17 de abril de 2007
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