Yo pecador...(De mis insectos son Ángeles)


Sentada frente al espejo opacado por viejo, siento la enorme necesidad de decirme que no lo siento y sin embargo, recuerdo aquella oración en la que con la mano en el pecho me acusaba de forma indirecta por todos mis pecados.

Y por ello, ante él, ante ustedes, ante mi misma, confieso que he pecado de pensamiento a cada instante, a cada segundo, al compás de mis latidos, desvarío y lujuriosamente me desvisto de prejuicios y me enredo con los más bajos instintos que tienen cabida en mi cuerpo.

De palabra, cuantas veces no he maldecido, cuantas más no lo haré, maldita sea mi hipócrita existencia que limita mis sensaciones.

De omisión, cuanto más, se aglutinan en mi cabeza la marabunta de recuerdos, en los que siempre sola, desde mi cama desvariaba recorriéndome mentalmente, tácitamente y donde embebida en sucios placeres me deleitaba, me diluía.

Y hoy aquí frente a una imagen marchita, reflejo de un habito desgastado, me confieso pecadora sin culpas mortales, pues no pequé de obra, pues nunca materialicé mis emociones.

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