Con optimismo

No todo es gris, no siempre llueve. Hay cosas buenas, importantes y valiosas que resaltar en Guatemala. Las olimpiadas de la ciencia promovidas por la USAC, las actividades solidarias de la URL, el proyecto de Un techo para mi país que atrae tanto a los jóvenes, los proyectos que se impulsan gracias a la responsabilidad social de varias empresas, ongs y organismos internacionales y claro los proyectos sociales que el Gobierno desarrolla en el interior del país, hay que decir las cosas como son.

Son muchas cosas buenas que pasan inadvertidas, porque la violencia, la politiquería, y el marketing los invisibilizan. Y entre esas muchas cosas buenas está la realización de la VII Feria Internacional del Libro, Filgua. Un evento que para muchos también se perderá entre las páginas de los diarios que no se tiñen de rojo, pero que para otros, especialmente para los niños, niñas, adolescentes y jóvenes será de gran relevancia al igual que en años anteriores.

Porque Filgua es un espacio en donde además de mostrarse librerías y casas editoriales, se realizan una gran variedad de actividades culturales, en las cuales tiene cabida este sector de la población. Este año por ejemplo, se inaugura el día 15 con la Cantata Espejito con Ojos, del gran Maestro Joaquín Orellana. También se dedican varios espacios al pensamiento ecológico, un tema vital para nuestro país y oportuno además para un público escolar y universitario.

Esto entre muchas otras actividades que pocas veces en el año tienen oportunidad de conocerce. Por otro lado, es un momento propicio para fomentar la lectura en las y los infantes, aunque claro habría que discutir antes, y quizá ahí sea un buen espacio, el tema del costo de los libros, los impuestos que pagan, etc.

Pero, particularmente esta feria es muy especial por el homenaje que rinde a una de las más grandes figuras de la literatura, la escritora, poeta, periodista y académica Luz Méndez de la Vega.

En síntesis, Filgua es una buena excusa para salir de la rutina, para aprovechar el fin de semana o algún momento libre y para darnos cuenta de que en Guatemala suceden cosas buenas y que no somos ese país sin solución, sin esperanza y sin futuro.

La Hora, 15 de julio de 2010.

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