Siguen muriendo

El 13 de marzo se conmemora el Día de la NO Violencia Contra la Niñez, expresión que ni siquiera debería existir porque si de por sí la violencia es inadmisible, referida a la niñez es imperdonable. Pero como la lógica no existe en sociedades como la guatemalteca, niños y niñas mueren por una bala perdida mientras duermen o juegan en el patio de su casa.

Las y los adolescentes ven reducidos sus espacios porque el “mal” acecha y en cualquier momento pueden morir por vivir en un vecindario sin seguridad, por no entregar su celular o por pertenecer a una pandilla, único espacio familiar que muchos conocen.

Esta semana, mientras se conmemoraba el Día Internacional de la Mujer, en los medios de comunicación escrita La Nana contabilizó desde enero al 8 de marzo, 130 muertes violentas de infantes y adolescentes, una cifra dura, preocupante, aterradora. Un dato que por lo visto las autoridades no han tomado en cuenta y que a muchas personas adultas les sirve para sermonear y sentenciar: “eso les pasa a los que andan en malos pasos”.

Lo cierto del caso, es que la niñez guatemalteca está muriendo por balas, cuchillazos, escopetazos, golpes, hambre, ignorancia y abandono. Por desidia por parte del Estado, con todo y sus programas sociales. Por indiferencia de una sociedad que parece tener tapaojos, como los caballos, que solo ve para adelante y para si, algo hasta cierto punto comprensible, pero no justificable, mucho menos cuando se trata de niños y niñas.

El año pasado, fallecieron más de 500 niños, niñas y adolescentes, los años anteriores la cifra ha sido similar, siguen muriendo en la capital, en el área rural y en las fronteras.

Muchos que aún viven padecen de abusos, explotación, miseria, desnutrición, soledad y además utilización, sí, porque ilustran las páginas de periódicos y revistas y espacios en Internet, en donde se habla de un país en vías de desarrollo.

Conmemorar este día es detenerse un momento y reflexionar, es exigirle al Gobierno que cumpla con lo prometido en la campaña electoral, dándole prioridad a la niñez, que además constituye una gran parte de la población; es llamar la atención de padres, madres y maestros sobre cómo educar a la niñez, es recordar que somos un país signatario de la Convención sobre los Derechos de los Niños y que ellos deben ser protegidos siempre.

Por eso, a través de este espacio quiero invitar a niños, niñas y adolescentes para que el sábado 13, desde las 9:00 horas se den cita con su familia en el Parque Central, frente al Palacio Nacional de la Cultura, para plasmar en una manta gigante sus sueños, sus necesidades y a la Guatemala que quieren: sin violencia, sin abusos, sin miedo.

La Hora 11 de marzo de 2010.

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