No entiendo

Enciendo el televisor y los noticieros locales repiten una y otra vez la revelación de la Cicig. Salgo de mi casa, mi vecina me saluda y me comenta que está impresionada, pero que no comprende por qué dicen que Rosenberg era honorable luego de haber propiciado tal caos. Ya en mi auto, al encender la radio, la discusión sigue en los radioperiódicos, incluso en un programa de corte musical lo comentan a modo de broma. Mientras el semáforo se ruboriza veo a un voceador que sostiene en la mano portadas de periódicos, todos con la misma noticia.

Llego a una reunión y el tema aparece de nuevo: no es cierto, el Gobierno pagó. O ¿y lo que gastó el Gobierno en las marchas de campesinos en su defensa, cómo lo va a justificar?

En la oficina abro el Facebook y los post aturden, lo mismo el correo electrónico, comentarios a favor y en contra en desplegado y adjuntos y ¿a mí me da igual?

No estoy pensando en eso ya, y no es que le reste importancia, estoy convencida de la seriedad de la Cicig, aunque creo igual que aún hay más, que esta no es una película sino una serie de varias temporadas y que ojalá el sistema de justicia chapín tome nota y funcione. Que ojalá algún día no sea necesario tener un apellido encumbrado o acusar a un funcionario público para que un crimen se esclarezca.

En este momento esto no me aflige ni turba, pero estoy apachurrada, triste, molesta. Más de 100 mil personas murieron en Haití por el terremoto, miles de miles quedaron sin hogar, las imágenes que observo en Internet son deprimentes, el dolor que los rostros reflejan, la destrucción, el miedo, la soledad y más miseria.

No entiendo, no comprendo por qué pasan esas cosas, por qué siempre son lugares pobres y en ellos los más pobres los que sufren más, por qué la naturaleza se ensaña de esa forma. Sí, seguro, hay explicaciones científicas para todo, y mi mamá me dirá que no me atreva a dudar, que no culpe al cielo, que no blasfeme, y no lo hago, pero no entiendo.

Y no sé, me siento triste, impotente e inconforme, ya no quiero saber más de Rosenberg, de interpelaciones , de la toma de posesión de la junta directiva del Congreso, ni de quien ganó la Copa del Rey.

La Hora, 14 de enero de 2010

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