Mujer, mujer-es, mujer-soy
“Si nos volvemos hacia una realidad más grande, es una mujer quien nos tendrá que enseñar el camino. La hegemonía del macho ha llegado a su fin. Ha perdido contacto con la tierra”. Henry Miller
Esta semana hay varias cosas en el tintero de mis pensamientos. La primera es la Celebración del Día Internacional de la Mujer, una fecha significativa para mí, para nosotras, para Guatemala, si tomamos en cuenta que las mujeres somos más del 50 por ciento de la población, aunque muchas veces no seamos visibles porque aún seguimos en un patriarcado que limita, excluye y mata. Basta ver las cifras de mujeres asesinadas en los últimos tiempos, la cantidad de mujeres que mueren durante el embarazo y el parto, la cantidad de niñas que son abusadas sexual, física y emocionalmente a lo largo y ancho del país, así como el elevado número de mujeres explotadas en las maquilas, en otras fábricas y en casas particulares, en fin, al respecto es mucho lo que se puede decir.
Quizá por eso, para mí, el que celebremos el 8 de marzo, el que caminemos por las calles del Centro y reivindiquemos nuestros derechos es tan importante, aunque estoy convencida de que cada día de mi existencia es un día especial, por ser mujer, por ser guatemalteca y por tener la oportunidad de expresar lo que pienso y lo que siento.
El 8 de marzo es, además, una fecha importante porque es el aniversario de La Cuerda, un medio alternativo que da espacio a nuestras voces, que transmite información, promueve el intercambio y el análisis en torno al pensar, sentir y quehacer de las mujeres en la construcción de relaciones equitativas y más justas en la sociedad guatemalteca. La Cuerda cumple 8 años, en los que mes a mes genera opinión y procesos de conciencia para la acción política a favor de las mujeres, 8 años, además, de formar a periodistas como yo y a quienes las leen, en la defensa de los derechos de las mujeres. Felicitaciones.
Y luego, algo que me regocija profundamente: el tener por quien votar en esta contienda. Y es que hasta hace poco seguía pensando en llegar y anular mi papeleta, o no ir, evitarme la molestia de salir de mi casa, hacer cola y tener que ver esos rostros en otro papel distinto al periódico; es más, contemplaba la idea de irme a algún lado aprovechando el asueto.
Pero, con la aparición de Rigoberta Menchú, secundada por Nineth Montenegro, todo cambia, y no lo digo sólo por el hecho de que ambas sean mujeres, lo digo por el respeto y admiración que les tengo, sentimientos bien ganados, sentimientos que mucha gente (hombres y mujeres) compartimos.
Las razones sobran, pero hay tiempo aún para hablar de ellas, cosa que haré con el mayor de los placeres. Por el momento sólo quiero felicitarlas a ellas, a Las Cuerdas, a las mujeres, a Guatemala, a mí. El 8 de marzo salimos desde la Municipalidad a las 8 de la mañana rumbo al Parque Central.
Pispizigaña, 6 de marzo de 2007.
Esta semana hay varias cosas en el tintero de mis pensamientos. La primera es la Celebración del Día Internacional de la Mujer, una fecha significativa para mí, para nosotras, para Guatemala, si tomamos en cuenta que las mujeres somos más del 50 por ciento de la población, aunque muchas veces no seamos visibles porque aún seguimos en un patriarcado que limita, excluye y mata. Basta ver las cifras de mujeres asesinadas en los últimos tiempos, la cantidad de mujeres que mueren durante el embarazo y el parto, la cantidad de niñas que son abusadas sexual, física y emocionalmente a lo largo y ancho del país, así como el elevado número de mujeres explotadas en las maquilas, en otras fábricas y en casas particulares, en fin, al respecto es mucho lo que se puede decir.
Quizá por eso, para mí, el que celebremos el 8 de marzo, el que caminemos por las calles del Centro y reivindiquemos nuestros derechos es tan importante, aunque estoy convencida de que cada día de mi existencia es un día especial, por ser mujer, por ser guatemalteca y por tener la oportunidad de expresar lo que pienso y lo que siento.
El 8 de marzo es, además, una fecha importante porque es el aniversario de La Cuerda, un medio alternativo que da espacio a nuestras voces, que transmite información, promueve el intercambio y el análisis en torno al pensar, sentir y quehacer de las mujeres en la construcción de relaciones equitativas y más justas en la sociedad guatemalteca. La Cuerda cumple 8 años, en los que mes a mes genera opinión y procesos de conciencia para la acción política a favor de las mujeres, 8 años, además, de formar a periodistas como yo y a quienes las leen, en la defensa de los derechos de las mujeres. Felicitaciones.
Y luego, algo que me regocija profundamente: el tener por quien votar en esta contienda. Y es que hasta hace poco seguía pensando en llegar y anular mi papeleta, o no ir, evitarme la molestia de salir de mi casa, hacer cola y tener que ver esos rostros en otro papel distinto al periódico; es más, contemplaba la idea de irme a algún lado aprovechando el asueto.
Pero, con la aparición de Rigoberta Menchú, secundada por Nineth Montenegro, todo cambia, y no lo digo sólo por el hecho de que ambas sean mujeres, lo digo por el respeto y admiración que les tengo, sentimientos bien ganados, sentimientos que mucha gente (hombres y mujeres) compartimos.
Las razones sobran, pero hay tiempo aún para hablar de ellas, cosa que haré con el mayor de los placeres. Por el momento sólo quiero felicitarlas a ellas, a Las Cuerdas, a las mujeres, a Guatemala, a mí. El 8 de marzo salimos desde la Municipalidad a las 8 de la mañana rumbo al Parque Central.
Pispizigaña, 6 de marzo de 2007.
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