al Fin

Abruptamente me diste la noticia. No es fácil, no es sencillo, ¿por qué?, no lo comprendo, no entiendo, no lo asimilo.

¿Qué fue lo que pasó? ¿En qué momento sucedió todo esto?

Mentira.

Claro, estás bromeando, pero no vas a engañarme, no voy a preocuparme. No puede ser verdad. No, es fácil suponer o creer que esto es un juego, me aligera la conciencia, me libera, pero no, es cierto.

¿Por qué? ¿Por qué, por qué a mí?, ¿por qué yo? siemrpe ha de ser el mismo argumento para quien se niega a aceptar las cosas, para quien rehuye de la realidad.

Pero no habría acaso una mejor forma de saber las cosas, no habría sido más sencillo hablar pausadamente, poco a poco. Pero no, sólo llegas. me avisas, no, no me avisas, me notificas, te impones y punto. ¿Te parece justo?

Ahora, sólo dime algo, explicame, dime un por qué. Me he cansado a lo largo de mi vida de tratar de entender por qué pasan las cosas, y pocas veces obtuve respuesta, y, ahora, tras tus palabras regreso a lo mismo.

Es tan difícil, no estaba preparada, me falta tanto por decir, peor en fin, qué puedo hacer, sabía que te encontraría algún día, pero nunca creí que tan pronto. Vamos.