Mariposas negras
Las he visto, y cada vez sucede algo. Mal agüero, mala suerte, premonición de llanto. Aparecen, revolotean y tapizan un espacio, silenciosas, espesas, fúnebres.
Tengo miedo, han vuelto.
La angustia comprime mi pecho, las arreo, pero vuelven.
Es la lluvia dicen los menos supersticiosos, la temporada, hay alguno que osa decir que son hermosas.
Están ahí plasmadas sobre el espacio color yeso de una pared lateral, luego otra aletea en el techo de duralita humedecida de la oficina.
Han pasado ya varios días y nada. Hoy antes de subir al carro, me encontré una estacionada sobre el wild shield con su mirada enfocada hacia dentro, hacia mí, ayer me dijeron que el arcano 21 está en mi contra, y un escalofrío me recorre totalmente.
Salgo corriendo, entró a un café, si los hay con licor mejor, aunque no, eso no pega y necesito olvidarME, ausentarme, fugarme de mi mente obtusa, obsesiva, mágica y cargada de creencias de pueblo.
Ojeo el periódico, pero las letras negras impresas en el papel amarillento la traen de nuevo a mi mente en todos los tamaños, con el clima, la economía y las internacionales.
Paso la hoja, esquelas, la recuerdo otra vez. Pero si no la había olvidado.
Suena el teléfono y ya lo sé, vestido negro, dolor, flores y llanto.
Tengo miedo, han vuelto.
La angustia comprime mi pecho, las arreo, pero vuelven.
Es la lluvia dicen los menos supersticiosos, la temporada, hay alguno que osa decir que son hermosas.
Están ahí plasmadas sobre el espacio color yeso de una pared lateral, luego otra aletea en el techo de duralita humedecida de la oficina.
Han pasado ya varios días y nada. Hoy antes de subir al carro, me encontré una estacionada sobre el wild shield con su mirada enfocada hacia dentro, hacia mí, ayer me dijeron que el arcano 21 está en mi contra, y un escalofrío me recorre totalmente.
Salgo corriendo, entró a un café, si los hay con licor mejor, aunque no, eso no pega y necesito olvidarME, ausentarme, fugarme de mi mente obtusa, obsesiva, mágica y cargada de creencias de pueblo.
Ojeo el periódico, pero las letras negras impresas en el papel amarillento la traen de nuevo a mi mente en todos los tamaños, con el clima, la economía y las internacionales.
Paso la hoja, esquelas, la recuerdo otra vez. Pero si no la había olvidado.
Suena el teléfono y ya lo sé, vestido negro, dolor, flores y llanto.
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Saludos.