Reencuentro
Las calles del Centro Histórico están vivas, al menos esa impresión me dio al recorrerlas y reconocerlas engalanadas de flores, con una calle peatonal, aún no del todo dispuesta, pero que se anuncia como un espacio interesante, con una Catedral inmaculada, un parque cubierto de lila y un agradable recorrido por el Palacio Nacional de la Cultura.
Pese a que transito por ella a menudo, es quizá necesario, entrar en contacto, caminar entre avenidas y ventas callejeras, tomarme un poco de tiempo y un café por supuesto en la octava avenida y novena calle, guanaquear (con el perdón de mis salvadoreños amigos) en el parque, el mercado central y el portal del comercio.
Sextear, verbo inexistente, usual en mi infancia, no quizá en la juventud de mi padre, que no es lo mismo, un ojo rojo en el portalito con la marimba al oído y unas tostaditas de frijol con queso, buscar cosas de peltre en el Roque Rosito, pararme bajo el arco de correos, comprar una postal que quien sabe si mande, el Internet ha cambiado esas costumbres, avanzar sin rumbo fijo.
Encontrarme ramos del domingo que no se vendieron, que no compraría, por el corozo, sentir la lluvia caer sobre mi rostro y verla limpiar las planchas de cemento, pavimento, banquetas y perturbar el tráfico.
Un reencuentro, con la memoria, con la ciudad no tan agringada, aunque un poco, con los recuerdos, las ventas de lotería, el almacén Lucky, la juguetería yo no existe ni las mixtas Francfourt.
Una grata impresión, un sentimiento de esperanza, un momento de relax circunstanciado por una visita añorada, la satisfacción de sentirme chapina, que sólo me nace frente al Lago de Atitlán, o en otros remotos lugares. Mi corazón urbano contento. Y ahora al Pasaje Aycinena, la luna también viene al encuentro.
La Hora, 4 de abril de 2007
Pese a que transito por ella a menudo, es quizá necesario, entrar en contacto, caminar entre avenidas y ventas callejeras, tomarme un poco de tiempo y un café por supuesto en la octava avenida y novena calle, guanaquear (con el perdón de mis salvadoreños amigos) en el parque, el mercado central y el portal del comercio.
Sextear, verbo inexistente, usual en mi infancia, no quizá en la juventud de mi padre, que no es lo mismo, un ojo rojo en el portalito con la marimba al oído y unas tostaditas de frijol con queso, buscar cosas de peltre en el Roque Rosito, pararme bajo el arco de correos, comprar una postal que quien sabe si mande, el Internet ha cambiado esas costumbres, avanzar sin rumbo fijo.
Encontrarme ramos del domingo que no se vendieron, que no compraría, por el corozo, sentir la lluvia caer sobre mi rostro y verla limpiar las planchas de cemento, pavimento, banquetas y perturbar el tráfico.
Un reencuentro, con la memoria, con la ciudad no tan agringada, aunque un poco, con los recuerdos, las ventas de lotería, el almacén Lucky, la juguetería yo no existe ni las mixtas Francfourt.
Una grata impresión, un sentimiento de esperanza, un momento de relax circunstanciado por una visita añorada, la satisfacción de sentirme chapina, que sólo me nace frente al Lago de Atitlán, o en otros remotos lugares. Mi corazón urbano contento. Y ahora al Pasaje Aycinena, la luna también viene al encuentro.
La Hora, 4 de abril de 2007
Comentarios
Tuve la oprtunidad de leer su lindo articulo, el cual llenó mi alma de nostalgia.
Hace muchos años y no vale la pena contarlos, yo me vine a seguir mi vida artistica en este pais llamado USA.-
E regresado en varias ocaciones a mi Guatemala, la ultima creo que fué en el 2002 y encontré la ciudad hecha una total tragedia digna de lastima, caminé por lo que era la bella sexta avenida de mis recuerdos, la cual esta inundada de vendedores callejeros que ocupan todo el espacio al peaton, El Frankfurt ya no existe, Marlin ya no existe, Picadilly's, Pantalones que marchan solos, los Jardines Italia, etc. etc. etc. ahora es hasta peligroso pasar por alli.
Mis pocos familiares, tienen bloquedas todas las entradas de la casa y viven como prisioneros por temor a ser asaltados, tuve la oprtunidad de ir al Cerrito del carmen y ese bello lugar estava convertido en un basurero.
Le dije a un primo que me acompañara a buscar a una vieja amistad que vivia en el Barrio Moderno y me quedé perplejo cuando enfrente de su espoza me dijo que no fuera, porque
en esas esquina habia un grupo de mareros que violavan sexualmente a hombres de cualquier edad, no pude creerlo hasta que me enseñaron datos contundentes de esa trizte realidad.
Hasta donde a llegado la moral y la falta del respeto a las normas eticas que se vivian antes en mi bello país, yo no e visto un centimetro de progreso.
Me siento impotente ante la horrible realidad y la mayoria de mis amigos me piden a gritos que no regrese a vivir a Guatemala, porque no ven ninguna Luz al final de el tunel.
Yo ya estoy arto de vivir en San Francisco, CA y no me llama la atención ninguna otra ciudad de este pais que por cierto ya me lo e recorrido casi todo tocando mi Percusion
con diferentes Orquestas locales e internacionales.
Lo unico que me queda es obervar las fotos de los bellisimos paisajes que me llegan a travéz del Internet.
Bien usted a escrito algunas palabras que ponen en alto a ciertos lugares de Guatemala y con eso me a llenado con un poquito de alegria.
Mil gracias.
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