Guatemala = cementerio

Este fin de semana, según los medios de comunicación, al menos 17 personas fueron ultimadas, lo que significa que muchos más perdieron la vida a causa de la violencia o la negligencia, que al final es otra forma de violencia y que muchas veces se pasa por alto, porque, si acá se puede matar, robar, estafar y violar sin pena alguna, cuánto menos van a castigar a un padre o a una madre que no protege a su hijo.

Cuando se habla de asesinatos de mujeres (lo digo así porque ya no sé si es correcto feminicidio o femicidio. Yo voy tras utilizar bien las palabras aunque creo que en este caso la discusión se ido un poco en qué término utilizar, o mejor dicho, se aprovecharon de ella para desviar la atención y cambiar de tema, algo recurrente en el país); siempre las “autoridades” se amparan diciendo que son más los hombres que mueren que las mujeres, en lugar de dar respuestas claras, buscar soluciones e implementar programas de protección para que las defunciones no sigan pasando.

Lo mismo ocurre cuando se habla de la violencia que atañe a la niñez y a la adolescencia. Según los medios escritos, durante 2006, 510 infantes y adolescentes murieron de forma violenta, de ellos, 252 a causa de arma de fuego. Hubo 65 decesos en accidentes viales causados por la negligencia de quienes conducían a exceso de velocidad, por rebasar en curva o por incumplir con las leyes de tránsito al llevar como pasajeros a infantes. Y lograron, además, que muchos niños y niñas quedaran heridos de gravedad.

Pero al igual que con las mujeres, el Ministerio de Gobernación no dice o hace mayor cosa, no da explicaciones ni posibles soluciones.

Sean niños y niñas, sean adolescentes, mujeres u hombres, el caso es que cada día personas, seres humanos, gente con sueños, pierden su vida en Guatemala a causa de la violencia. Las familias se enlutan y el miedo se esparce por todos lados.

Hojear el periódico es sumergirse en un mundo similar al de una película de terror, lamentablemente, a diferencia de un filme, acá no hay un final con un superhéroe o con un grupo de detectives que pongan fin al dolor. Acá, simplemente, no hay esperanzas.

Pispizigaña, 20 de febrero de 2007.

Comentarios

Anónimo dijo…
eónMuy trsite pero realista. Es una reflexion importante acerca del estado actual del tema en el país.
Lunatrack dijo…
leer los diarios es un dejavu constante,
la historia se repite y se repite,
por que a pesar de que pasa a diario la olvidamos
Una vez y otra y otra. La impunidad es tan mala como la pérdida de vidas humanas.


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Saludos.

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