¿Quién tiene la culpa? o "el que esté libre de pecado que tire la primera piedra"
Sus rostros casi infantiles me provocaron pena, parecían dos niños tristes con la mirada perdida. Claro que estaban tristes, arrepentidos, ¿no se?; asustados, seguramente. Declararse culpables no les servirá de nada, es más, ya están viendo qué otros delitos les acomodan, no hay quien dude de que hayan transgredido las leyes antes, aunque bueno, quién en Guate no infringe, transgrede y viola los preceptos, los reglamentos, las disposiciones.
No los defiendo, lo que hicieron es abominable, despreciable, inhumano, pero tampoco comparto la condena popular que dicta “pena de muerte”, ¿cómo podemos sentenciar a dos personas a morir sin responsabilizar a los demás culpables? Porque los hay. Los padres, los maestros (si los tuvieron), el Estado, la sociedad.
Aunque también me pregunto, ¿qué queda?, las cárceles en Guatemala no son precisamente centros de orientación o de rehabilitación como se llaman, son lugares a donde quienes llegan con un perito o una licenciatura en crimen, obtienen el doctorado.
¿Cómo se puede hablar de pena de muerte, de sentenciar a estos jóvenes si aún no logramos encarcelar a genocidas, asesinos, a ladrones, a corruptos que todos conocemos, pero que el poder ampara?
El castigo debe darse, pero quizá sea el momento de buscar maneras apropiadas, tal vez sea el momento también de pensar cuánta responsabilidad tenemos como sociedad, indiferente a los problemas sociales que aquejan al país, a nuestra gente. Puede ser el momento para que quienes pretenden tomar las riendas de este país desbocado demuestren su inteligencia (tal vez sea pedir mucho), demuestren su buena voluntad (también verdad) o que, por lo menos, propongan formas humanas y coherentes para evitar que sucedan cosas como ésta y para reordenar al sistema de justicia en el país.
La Hora, 10 de enero de 2007.
No los defiendo, lo que hicieron es abominable, despreciable, inhumano, pero tampoco comparto la condena popular que dicta “pena de muerte”, ¿cómo podemos sentenciar a dos personas a morir sin responsabilizar a los demás culpables? Porque los hay. Los padres, los maestros (si los tuvieron), el Estado, la sociedad.
Aunque también me pregunto, ¿qué queda?, las cárceles en Guatemala no son precisamente centros de orientación o de rehabilitación como se llaman, son lugares a donde quienes llegan con un perito o una licenciatura en crimen, obtienen el doctorado.
¿Cómo se puede hablar de pena de muerte, de sentenciar a estos jóvenes si aún no logramos encarcelar a genocidas, asesinos, a ladrones, a corruptos que todos conocemos, pero que el poder ampara?
El castigo debe darse, pero quizá sea el momento de buscar maneras apropiadas, tal vez sea el momento también de pensar cuánta responsabilidad tenemos como sociedad, indiferente a los problemas sociales que aquejan al país, a nuestra gente. Puede ser el momento para que quienes pretenden tomar las riendas de este país desbocado demuestren su inteligencia (tal vez sea pedir mucho), demuestren su buena voluntad (también verdad) o que, por lo menos, propongan formas humanas y coherentes para evitar que sucedan cosas como ésta y para reordenar al sistema de justicia en el país.
La Hora, 10 de enero de 2007.
Comentarios
los mismos poderes que tapan a los delincuentes de cuello blanco se
laven las manos diciendo, "ya ven, sí cumplimos con nuestra función,
la justicia se impone en Guatemala", mientras, los peces gordos del crimen de corbata siguen degustando las mieles de sus fechorías.
La descomposicion social que vive el pais, es estructural. Sin embargo, estos jovenes dificilmente podra rehabilitarse. Puede ser que sean producto de una paternidad irresponsable. Esto no debe ser una escusa para cometer un crimen, como el ocurrido con esta pequeña niña.
Si bien es cierto la pena de muerte no es un correctivo, sino un disuasivo, no hay otra forma de hacer pagar el error, si es que asi le pueden llamar, cometido.
Una condena de 50 años, usted mas que nadie sabe que por rendencion de penas en unos 20 años estaran libres.
Es mejor que la ley se aplique, a que grupos paramilitares hagan de la ley un instrumento para acallar las voces de quienes piden justicia.
Pareciera que estás defendiendo a estas personas de los crimenes que han cometido. Digamos esta bien.. talvez.. que no los castiguen con la pena de muerte. ( la cual desde hace mucho no funciona y a lo mejor no es la solución para parar que la gente cada vez cometa crimenes horrendos), pero si que la justicia los juzgue como criminales que son.
Pero bueno, es tu opinión y te basas en argumentos que son válidos igual..... pero difíciles de entender, especialmente eso que los culpables sean los padres, ya que hay muchos que quieres y luchan por una vida mejor para sus hijos.. pero igual estos hacen oídos sordos, bien dice el dicho árbol que nace torcido......
Me encanto tu artículo, es en ese sentido que yo tengo intención de hacer un artículo. Que los que fallan no son los dos jóvenes, sino la sociedad, talvez me inspire al rato y haga algo para elPeriodico.
Un abrazo