"Disculpeme por favor"
Somos una sociedad conservadora con una educación que data del servilismo y el bajar la cabeza, como los conquistadores enseñaron a nuestros antepasados. Nos hicieron reprimidos, miedosos, avergonzados. Lo demostramos cuando decimos, “¿qué manda?”, “¿me haría el favor?” y “¡disculpe la molestia!”, que tanto me critican pero que muchos repiten. Vivimos con miedo a decir si algo no nos parece o nos tragamos con los mocos nuestros suspiros y cariños. No podemos abrazar, por el miedo al que dirán, ni aunque sea al amigo más querido de la infancia; ¡la mujer puede enojarse! (y va directo); no podemos decir que admiramos a alguien, porque seríamos arrastrados, y si criticamos, sucede que somos envidiosos.
No podemos gritar cuando el pecho nos estalla, porque pensarían que estamos locos, ni carcajearnos con ganas, porque sería de mal gusto. Cuando digo que no me baño los domingos, me hacen cara de asco, como si nunca lo hicieran, y todavía me dicen que no lo cuente.
Cuando alguien toca un tema que desconocemos, o se echa una expresión en inglés que no atinamos, callamos para que no crea que somos ignorantes.
Si la gente nos pela, jamás la enfrentamos y nos quedamos con el chisme y el resentimiento latiendo. Somos incapaces de decir a la cara que ya no queremos ser amigos, ser parejas o que la emoción ya pasó, huimos o dejamos que las cosas caigan por su peso hasta que alguno de los dos queme rancho.
Por eso, cuando podemos, nos embolamos hasta el case, y sólo así todo fluye, o sino cuando en la soledad de la noche las sabanas ocultan nuestras lagrimas. O esperamos a que llegue diciembre para abrazar a toda la gente con todas las ganas del año, o le mentamos la madre al mundo y a todos los que nos la hicieron, en la persona del que va en el carro adelante o en el que nos empujó en el súper y así, desahogados, volvemos a ser los mismos reprimidos, serviciales y miedosos de siempre. Esas son las bondades de la conquista.
La Hora, 20 de diciembre de 2006.
No podemos gritar cuando el pecho nos estalla, porque pensarían que estamos locos, ni carcajearnos con ganas, porque sería de mal gusto. Cuando digo que no me baño los domingos, me hacen cara de asco, como si nunca lo hicieran, y todavía me dicen que no lo cuente.
Cuando alguien toca un tema que desconocemos, o se echa una expresión en inglés que no atinamos, callamos para que no crea que somos ignorantes.
Si la gente nos pela, jamás la enfrentamos y nos quedamos con el chisme y el resentimiento latiendo. Somos incapaces de decir a la cara que ya no queremos ser amigos, ser parejas o que la emoción ya pasó, huimos o dejamos que las cosas caigan por su peso hasta que alguno de los dos queme rancho.
Por eso, cuando podemos, nos embolamos hasta el case, y sólo así todo fluye, o sino cuando en la soledad de la noche las sabanas ocultan nuestras lagrimas. O esperamos a que llegue diciembre para abrazar a toda la gente con todas las ganas del año, o le mentamos la madre al mundo y a todos los que nos la hicieron, en la persona del que va en el carro adelante o en el que nos empujó en el súper y así, desahogados, volvemos a ser los mismos reprimidos, serviciales y miedosos de siempre. Esas son las bondades de la conquista.
La Hora, 20 de diciembre de 2006.
Comentarios
Hay que ir un poco mas alla, para saber donde y cuando surge este guatemaltequismo. En las cronicas de la conquista, aun no encuentro que los españoles utilizaran estas palabras, como un instrumento de dominacion.
Todo dependera de la optica con la cual se quiera ver. En parte hay razones sobre la forma en que utilizamos estas palabras.
Es una bonita experiencia compartir comentarios sobre este tema. En lo particular es la primera vez que participo en una nueva era de las TICS.
Adelante.
sino tambièn el antes y el despuès y hasta el ahora, lo que nos
permite fijar cada vez màs esa idiosincrasia tan sui generis.
Algo de lo que más me gusta de la novela El Señor Presidente es el
retrato de esa sociedad que, en su ignorancia y mediocridad, pide y
mantiene a un "tata". Las apariciones del gobernante en la obra son
mínimas y son personas que van desde "Cara de Angel" hasta el "Pelele"
las que conforman el andamiaje que soporta a un Estrada Cabrera, a un
Ubico y, más recientemente a todos los políticos que, aunque se han
alternado cada cuatro años, ya llevan ejerciendo por dos décadas la
dictadura de la corrupción.
Saludos. Buen artìculo para la meditaciòn.
Y como usted habla de la navidad, pues fijese que yo no espero la navidad para expresar mis cariños, pero a veces me queda poco tiempo y los días se me van sin poder escribir. Pero quiero que sepa, se lo digo de buena intención, que usted me cae muy bien, que hasta cariño, mucho, creo que le tengo ya. Si la tuviera cerca seguro que le daria un gran beso y un gran abrazo, aunque se enoje se novio, o tal vez para que su novio se enoje, pues me gusta mucho enojar a los novios celosos. Yo soy incorrecto.
Que disfrute mucho del lago, que la llene de energía, así tal vez el próximo año comparte un poquito conmigo.
Un fuerte abrazo
Me podrias decir que es quemar rancho [que quiere decir].
Que bonita sonrisa tienes.
Gracias por tu atencion.
que,quemar rancho me sono diferente.
Soy guatemalteco,perdoname si te hice creer que hera de otro lado.
Claudia que bonito nombre tienes.
saludos.
Roberto.
Un abrazo y si sabe contar, cuente conmigo.
Ahora tenemos el derecho y existen maneras educadas de mandar a todos a la excreción.
Un gran abrazo y te deseo la más feliz de las Navidades.
(Y deja de decir “disculpe”, verás qué bien te vas a sentir)