De estos días
Las cabañuelas marcan hoy mayo, ya en esa época muchos de los propósitos que la gente “positiva y que ve para adelante”, se habrán perdido entre pecados dulces, despertadores amnésicos, ceniceros mal escondidos y libros de tapa muy pero muy pesada. Siempre es lo mismo, el año inicia y con él, además del tráfico fastidioso, los gimnasios se llenan, las latas de atún desaparecen de los anaqueles del súper y los libros que equivocadamente llegaron a ciertas manos, salen de un cajón a empolvarse a la mesa de noche, así es, para que engañarnos.
Y sí, soy negativa si partimos de que no me he hecho propósito alguno. La vida está ahí y hay que vivirla, digo, soñar no está de más, pero proponerse lo que no se ha hecho nunca, bah… no se llega a la quincena.
Pero si la gente insiste en eso de renovarse, cambiar, hacer algo, cuando el calendario despide diciembre, debería de plantearse cosas más provechosas. Leer. Maravilloso y luego donar el libro, integrarse al mundo de los libros que rolan para que la magia que la literatura contiene se propague y de ahí debería venir un REPROPÓSITO, unirse masivamente y exigir al gobierno, a los candidatos que los libros en este país no paguen impuestos, que dejen de ser artículos de lujo.
Otra intención plausible sería becar a un niño, oportunidades hay muchas, como los niños ixiles de Chajul (si mandan correo se les da información) o evitar que niños y jóvenes migren, apoyando la campaña Bécalos Hoy de Fundación Paiz (http://wp.fundacionpaiz.org.gt/fp/becas/), por citar algunas.
Un buen intento de hacer algo mejor sería no usar bolsas de plástico –ni en el súper-, las ecológicas son más chileras. En fin, son cosas mucho más interesantes que bajar dos centímetros de panza que al cabo de unas cuantas chelas brotará de nuevo, cosas que de verdad satisfacen y que al ver los resultados, porque esos proyectos si los dan, transforman y llenan, nos hacen ver ese lado bueno que todos tenemos y que maquillamos con poses, con palabrerías y emotions más allá de las redes sociales y claro con listas, algunas exageradamente largas, de propósitos sosos más parecidos a las promesas de los candidatos en campaña que a intentos de mejorar nuestra vida y las de los demás. Anyway cada quien es libre de hacer lo que guste y a cada ollaza, su coberteraza.
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