Retomando

Como respuesta a los correos recibidos, mensajes dejados en el blog de La Hora y a algunas llamadas telefónicas, retomo el tema de la pena de muerte, mismo que al parecer aprueban la mayoría de personas en Guatemala, al menos de las que me leen.

Que si aliento a las maras con mi columna anterior, que si los Derechos Humanos lo único que han hecho es enardecer las bajas pasiones de los “delincuentes” y que si el que la debe la paga... Muy bien, entonces pongámonos parejos.

Si las cosas son así y van a castigar con la muerte a quien cometa graves faltas, organicémonos: al violador que lo capen (no, antes que lo violen), al ladrón que le corten las manos, a quienes masacraron a la población por años (en el conflicto armado) que los quemen, eso solían hacer ellos ¿no?

A los expresidentes que los juzguen y los condenen a la pena capital por robarse los recursos del pueblo, digo, con el dinero con el que ellos se enriquecieron pudieron comer muchos niños y niñas que hoy se encuentran desnutridos, o quizá que ya murieron; pudieron llegar vacunas con las que pudo salvarse a más de uno o pudo haber funcionado una incubadora en un hospital. Va lo mismo para otros funcionarios públicos.

Que busquen a los desgraciados del Banco de Comercio y los condenen también, por su culpa se suicidaron algunos y están padeciendo otros. Que maten a todos los perros que como Balú atacaron a su dueño o al vecino de éste, mejor que les den bocado antes para que sufran ¡verdad!

A los mentirosos… huyyy, que les corten la lengua, a los tentones que caminan por las calles que les quemen las manos, a los de Emetra que los hagan tragarse el silbato, así podemos ser realmente justos, hablar de justicia y hacer pagar a quien se equivoca y luego salgamos a saludarnos, los que quedemos con vida podemos vernos de pronto sin hablarnos o saludarnos de reojo, mutilados, todos quedaríamos marcados, porque acá nadie es del todo inocente.

Y mi estimado “Simón Cirineo”, sí tomo el café y latte a las cinco, a veces antes, pero sin el meñique levantado y señor Molina no conduzco con el aire puesto, porque la gasolina está muy cara, por cierto, a quienes adulteran la gasolina súper por la regular, ¿qué se les podría hacer para castigarlos?

La Hora 21 de febrero de 2008.

Pd. Me faltaron en la edición de La Hora, los que se orinan en la calle, ¿a esos qué les hacemos?

Comentarios

Anónimo dijo…
Me encantás amiga.
Un saludo,
Anónimo dijo…
Bien Claudia!
Anónimo dijo…
Buenísima, buenísima. No se deje.... siga así.

Cuídese.
Anónimo dijo…
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
klavaza dijo…
En realidad tenés razón, no se puede establecer un sistema de justicia basado en el ojo por ojo.
Anónimo dijo…
Buena nota Claudita, Buena nota
Saluditos
Anónimo dijo…
ASI SE HABLA, CLAUDIA. MIS RESPETOS...
Anónimo dijo…
EXCELENTE COLUMNA, FELICIDADES Y MUCHAS GRACISA CLAUDIA!!!
Anónimo dijo…
soy manuel, este cacharro me pide contraseñas y otras vainas!
decir que es excelente tu respuesta sería unirme al coro sin más, claudia, has escrito uno de los mejores alegatos que jamás leí, sin necesidad de perderse en vericuetos morales, me encantas pecosa!!!!

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